El estigma del cuerpo perfecto… un tema por el que llegaron a callarme de la forma más política.
Si alguna vez sentiste que “cambiar tu cuerpo” es requisito para encajar en un molde irreal, quiero que sepas que no hay nada malo en ti y que no estás sola
En este artículo quiero hablarte de una experiencia personal, de esas que te descolocan, y que, al mismo tiempo, te recuerdan por qué es tan importante seguir haciendo lo que haces.
Específicamente, hablaremos acerca del estigma del cuerpo perfecto y de cómo provoca exclusión —algunas veces con burla abierta y otras, de manera elegante— disfrazada de salud, y el impacto real que esto tiene en las mujeres que acompaño en su camino para vivir sin atracones.
Además, te cuento cómo una de mis pacientes logró su primera victoria frente a este estigma al elegirse a sí misma en lugar de seguir callando.
¡Comenzamos!
El cuerpo perfecto: La necesidad de encajar en un molde irreal
«Muchas gracias, pero en esta ocasión no contaremos con su participación».
Al recibir este mensaje, sentí este frío incómodo que te recorre el cuerpo cuando algo no solo te duele, sino que también te parece injusto. No solo sentí sorpresa, sino también, molestia.
¿Cómo era posible que el trabajo que, desde hace años, venimos haciendo con mis colegas, para concientizar sobre trastornos de la conducta alimentaria, con respeto y evidencia, se deje de lado, por defender lo innegociable?
Respiré y decidí seguir hablando de estos temas en otros medios … Y aquí estoy.
Lo más doloroso no fue el rechazo en sí, sino ser testigo (una vez más) de lo profundamente arraigado que sigue estando el estigma del cuerpo perfecto, al igual que no tener aún la voz ni el poder suficiente combatirlo.
El estigma disfrazado
El estigma del cuerpo perfecto no siempre se presenta en forma de burla o de discriminación abierta. A veces, viene disfrazado de cuidado, de salud, y de buenas intenciones por parte de las instituciones que nos representan.
Se sigue considerando que el cuerpo grande es un error que hay que corregir, que si pesas más de lo esperado, algo anda mal en ti, y que tienes que resolverlo a toda costa.
Que tienes que cambiar hábitos, bajar de peso, mejorar tu estilo de vida, y no por lo que sientes o necesitas, sino porque tu cuerpo “no entra en la norma”.
Y todo esto se dice desde un lenguaje amable, hablando de adherencia y prevención. Sin embargo, en el fondo, el mensaje que se transmite es:
“Así como eres, no estás bien, y tienes que cambiar”.
Eso también es estigma y una forma más elegante, pero igualmente dañina, de decirte que tu cuerpo no es válido.
El cuerpo perfecto: El impacto real de este estigma en las mujeres que acompaño
Muchas de las mujeres que acompaño, me comparten haber escuchado la misma narrativa una y otra vez, en consulta médica, en la escuela, en la familia, con la nutricionista o con la psicóloga.
Y realmente, esto les termina calando en lo más profundo, porque empiezan a creer que merecen menos por tener un cuerpo grande.
Esto no es salud, sino exclusión con palabras bonitas.
Sé esto por experiencia clínica y sé también los efectos que puede detonar:
- Vergüenza,
- Evasión médica,
- Dietas restrictivas,
- Atracones y
- Trastornos alimentarios.
Esta es la razón por la que jamás me podría quedar callada ante el real impacto del estigma del cuerpo perfecto, porque …
Aunque no haya insultos, si el mensaje sigue siendo que: “hay algo que tienes que arreglar”, el daño sigue haciendo mella.
Historia real: Una victoria frente al estigma del cuerpo perfecto
Luego de unos días de haber recibido el mensaje que te comenté, recibí otro mensaje, aunque no del mismo calibre, sino de esos que hacen que todo tenga sentido.
Este mensaje era de una mujer que había acompañado en el programa Aprende a Vivir Sin Atracones, quien había sufrido muchísimo con la comida y el cuerpo, y especialmente, debido a la sensación de que no encajaba en ningún lado.
Pero, tomó la decisión de hacer el “trabajo duro”, animándose a sentir lo que dolía. Hizo muchos duelos y comenzó poco a poco a mirarse con más compasión, aunque al principio definitivamente no le gustara lo que veía, fue aprendiendo paso a paso a tratarse con mucho más respeto.
En este mensaje, me compartió lo que ocurrió cuando fue a un concierto y se dio cuenta de que no podía caber en la silla.
📹 En el VIDEO que está debajo te cuento cómo ella obtuvo su primera victoria frente al estigma del cuerpo perfecto.
Haz CLICK abajo para verlo.
Conclusiones
Si hoy te sientes fuera de lugar, si hay un espacio que te rechaza, o si hay una silla que no te contiene, recuerda que no estás sola.
Tú no eres el problema y no tienes que cambiar tu cuerpo para merecer respeto. Necesitas empezar poquito a poco a dejar de tratarte como si no lo merecieras, porque sí mereces y si hay lugar para ti.
La transformación conlleva duelos profundos que nos llevan a hacer cosas que alguna vez creímos inimaginables, como pedir otra silla porque no te sirve, no tragarte la culpa y decir «Yo también merezco».
Eso para mí es salud, eso es libertad y eso también es aprender a vivir sin atracones.
Si estás decidida a cambiar radicalmente la relación que tienes con la comida y con tu cuerpo, estoy para ayudarte. Puedes reservar una SESIÓN DE EVALUACIÓN conmigo y ahí podremos ver juntas el mejor camino para ti → CLICK AQUÍ.
Espero que esta información te haya sido útil. Te pido por favor que la compartas con aquellas mujeres que conozcas y sepas que les puede ayudar.
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Nos vemos pronto,
France