Atracones: ¿Por qué el bisturí no resuelve el problema?

Atracones: ¿Por qué el bisturí no soluciona el problema? - Francela Jaikel Psicóloga Especialista en Trastornos Alimentarios

Cada vez son más las mujeres que sufren de atracones, que deciden operarse para bajar de peso.
La verdadera razón: sentir que no pueden controlar su forma de comer.

Si bien, el cuerpo cambia después del procedimiento, el conflicto con la comida sigue ahí: tienen miedo de comer y culpa al hacerlo.

En este artículo profundizaremos en las razones por las que los atracones no se resuelven con un bisturí, sino con acompañamiento psicológico y trabajo emocional profundo.

Específicamente abordaremos la necesidad de hacer una evaluación psicológica antes o después de una cirugía, y qué ocurre cuando se ignora la raíz emocional de los atracones.

Comenzamos.

Atracones: Lo que no se ve cuando todo gira en torno al peso

Cada vez más adolescentes y mujeres adultas llegan a mi consulta después de someterse a procedimientos médicos o quirúrgicos para bajar de peso. Cuando miramos más adentro y hacemos una evaluación exhaustiva, aparece lo que nadie vio: un trastorno por atracón ya presente, sin diagnosticar ni tratar.

Tras la cirugía o el uso de medicamentos, el problema no desaparece. Se transforma. Surgen el miedo a comer, a subir de peso, la culpa al comer y un dolor emocional que no se va.

Vivimos en una cultura que pone al cuerpo en el banquillo de los acusados. Si no encaja, se “repara”; si no baja, se “controla”. Pero cuando el conflicto está en la relación con el cuerpo y con la comida, ninguna inyección y ninguna dieta lo va a resolver.

Antes del procedimiento suelen aparecer señales que pasan desapercibidas: comer en secreto, atracones frecuentes, pensamientos constantes sobre la comida, culpa y miedo al espejo. Si nadie pregunta por ellas ni evalúa, quedan invisibles … Hasta que en algún momento, tarde o temprano, salen a la luz.

Atracones: La importancia de la evaluación profesional previa a cualquier procedimiento

Antes de cualquier intervención médica, hace falta mirar el problema real con profundidad. En una sesión de evaluación psicológica especializada no se juzga, se entiende: cómo te relacionás con la comida, si existe o no un trastorno de la conducta alimentaria y qué acompañamiento necesitás antes de tomar una decisión.

Si hay un trastorno por atracón y no se aborda, el resultado puede ser doloroso. El cuerpo cambia, pero la mente sigue peleando. Por eso, la evaluación psicológica en estos casos no es opcional, es parte de cuidar tu salud integral.

Si ya tomaste la decisión o estás en proceso, la evaluación psicológica sigue siendo valiosa, ya que te ayuda a entender qué necesitás ahora, cómo acompañarte y cómo cuidar tu cuerpo sin miedo.

Atracones: Tu cuerpo no es el enemigo

Después de estos procedimientos, muchas personas viven con miedo: a comer, a subir de peso, a “fallar”. Detrás hay una idea equivocada: que el cuerpo es un enemigo a dominar.

El cuerpo no necesita más control, necesita confianza. Esta confianza se construye con estructura y compasión. La estructura es vital, pero también lo es hablarnos con cariño y sostenernos cuando las cosas no salen bien.

Tu cuerpo necesita que puedas decirle: “Ya no te voy a castigar por pedirme cuidado.”

Sin conexión interna, cualquier resultado físico se vuelve frágil. Lo físico cambia, pero el dolor puede quedarse. Por eso, trabajar la raíz emocional no es un lujo, es prevención.

Atracones: Acompañar sin juzgar

No todas las decisiones parten del mismo lugar.

Más que decirle a alguien qué hacer, el verdadero respeto está en acompañar con preguntas, no con órdenes.

Cada decisión debe nacer de un lugar consciente e informado, respetando que toda persona tiene derecho a decidir sobre su cuerpo.

La cirugía puede modificar el cuerpo. Un medicamento puede abrir una ventana de cambio. Pero solo el trabajo terapéutico enseña a vivir en ese cuerpo con calma, sin culpa y sin miedo.

Antes de tomar una decisión, pregúntate:

  • ¿Entendí realmente por qué quiero hacer esto?
  • ¿Sé si tengo un trastorno de la conducta alimentaria y qué lo desencadena en mí?
  • ¿Estoy acompañada emocionalmente?
  • ¿Quién es mi sostén en estos cambios físicos, emocionales y sociales?

Si alguna respuesta es “no”, este es el momento de buscar acompañamiento profesional.

En la sesión de evaluación vas a mirar tu historia con claridad y sin juicio, entender qué detona tus atracones, por qué tu relación con la comida es como es, si tienes o no un trastorno alimentario y qué pasos seguir para cuidarte con respeto y conciencia.

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Conclusiones

El bisturí puede cambiar la forma del cuerpo. Un fármaco puede bajar «urgencias» por un tiempo. Sin embargo, ninguno de ellos resuelve la relación que tienes con tu cuerpo ni con la comida.

El cambio real ocurre cuando atendemos la raíz emocional de los atracones, cuando recuperamos la estructura con la comida, la confianza y la compasión hacia nosotras mismas.

Te merecés una vida en calma, y un acompañamiento de verdad.

Si estás decidida a comenzar a vivir sin atracones, puedo ayudarte.

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Espero que esta información te haya sido útil. Te pido por favor que la compartas con aquellas mujeres que conozcas y sepas que les puede ayudar.

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Nos vemos pronto,

France