Si te sigues preguntando una y otra vez, por qué sigues teniendo atracones de comida, a pesar de prometerte a diario tener más fuerza de voluntad para «resistirte a las tentaciones», debes saber que ese no es el camino para dejar de tenerlos.
¿Qué pensarías si te dijera que tu mente y tu cuerpo tienen una motivación, de la que no eres consciente, que te mantiene en el eterno ciclo de atracones de comida?
Es por esto que el mero hecho de hacer dietas cada vez más estrictas y apelar a toda tu fuerza de voluntad para cumplirlas, solo te llevará a tener más atracones.
Descubre en este artículo cómo puedes dejar de luchar contigo misma por la comida y cómo comenzar una solución diferente para dejar atrás los atracones, sin dietas ni culpas.
Comenzamos.
Atracones de comida: ¿Por qué lo que haces para controlarlos no funciona?
La promesa de tener más fuerza de voluntad, suele sonar fuerte por las mañanas, y luego, se va desmoronando a lo largo del día. Sobre todo por las noches, cuando estás cansada, sola, con mil pendientes sin cerrar…
El único momento de «silencio» en el día, parece ser el que pasas frente a la alacena o al refrigerador
Por esto, no quiero hablarte de fuerza de voluntad. Quiero mostrarte que ese enfoque, aunque suene lógico, es una trampa.
Los atracones no aparecen porque seas débil, sino porque algo dentro tuyo está intentando sostenerte.
Al tener esto en cuenta, comienzas a dejar de «pelearte» con el atracón y empiezas a escuchar lo que verdaderamente necesitas.
Atracones de comida: La función que cumplen en tu vida, y que ni siquiera conoces
Aunque parezca extraño, tus atracones de comida tienen lógica. Estás acostumbrada a pensar que son un desliz o una debilidad, pero no lo son.
Tus atracones son una estrategia. Una forma que tu mente y tu cuerpo han aprendido para calmar, para soltar, para sobrevivir.
Lo que te cuento, no solo es producto de mi experiencia clínica. La ciencia lo confirma.
Investigaciones en neurociencia han mostrado que el cerebro de una persona que sufre atracones presenta cambios en dos sistemas claves, el de recompensa y el de autocontrol.
- El sistema de recompensa, especialmente la vía dopaminérgica, se vuelve hiperactivo ante ciertos estímulos, como alimentos altos en grasa, azúcar o sal. Tu cerebro responde con una explosión de placer mucho más intensa que en personas sin este patrón. La comida deja de ser solo comida y se convierte en tranquilizante, en pausa, en refugio.
- El sistema de autocontrol —ubicado en la corteza prefrontal— pierde fuerza justo cuando más lo necesitas: cuando estás estresada, cansada o emocionalmente desbordada. Tu cerebro baja la actividad en las áreas que te ayudan a frenar, a reflexionar o tomar decisiones a largo plazo, y tu sistema nervioso entra en modo de rescate rápido, recurriendo a lo único que aprendió que funciona: la comida.
Un ejemplo real:
Una paciente tenía atracones todos los días entre 4 y 5 de la tarde (siempre después de reuniones, pendientes y de haber sido eficiente todo el día).
Ella pensaba que era debilidad, pero en realidad era agotamiento emocional y mental acumulado. Su sistema respondía con la única vía aprendida: los atracones de comida.
Sí, hay un pico de dopamina que da placer, pero después viene una bajada, culpa, malestar y desconexión.
Hasta que no le enseñes a tu sistema otra forma de calmarse, va a seguir usando la que conoce.
Pero la buena noticia es que ese aprendizaje se puede transformar: no con castigo, sino con comprensión y herramientas nuevas.
¿Cuándo aparecen los atracones de comida?
Los atracones aparecen cuando otras formas de sostén no están disponibles, como:
-
Regulación emocional: no saber expresar enojo, vergüenza de llorar frente a otros, falta de espacios seguros para ser vulnerable.
-
Control acumulado: pasar el día cumpliendo y resolviendo, hasta que el atracón aparece como el único lugar sin reglas.
-
Consuelo: cuando lo único placentero del día es ese momento comiendo sola, cuando nadie ve ni espera nada.
El atracón no es una traición.
Es un pedido de auxilio disfrazado de comida.
Atracones de comida: Ejercicio para comenzar a transformar tu relación con la comida
¿Qué pasaría si el problema no fuera el impulso, sino la desconexión?
Si bien, los atracones de comida aparecen en automático, no aparecen de la nada.
Llegan después de días de atención a todo menos a ti misma, de semanas de exigencia y de años de postergarte.
El mayor error que puedes cometer es responder al atracón con más exigencia y frases como “no lo puedo creer, otra vez, soy un desastre”.
Esa voz interna no ayuda, solo perpetúa el ciclo.
📹 En el VIDEO que está debajo te comparto un ejercicio que te ayudará a empezar a salir de este patrón automático.
Haz CLICK abajo para verlo.
Conclusiones
¿Qué cambia cuando entiendes que los atracones de comida no son señal de debilidad ni de falta de fuerza de voluntad?
Muchas cosas, pero una muy importante: la necesidad de volver a ti.
Dejas de buscar soluciones externas y empiezas a construir herramientas internas.
El enfoque no está en eliminar los atracones de comida, sino en entender qué los origina y qué función cumplen en tu vida, para que puedan perder fuerza.
Desde ahí, puedes crear estrategias reales, practicar autocuidado y reconectar con tus emociones sin usar la comida como consuelo.
Nadie se libera de los atracones de comida desde el control.
La libertad viene desde la comprensión y el respeto por ti misma.
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Nos vemos pronto,
France