En este artículo, vamos a tocar un tema que sé que duele: los atracones, la culpa y la sensación de que te falta voluntad o compromiso para superarlos.
Después de cada episodio de comida compulsiva, ¿Te haces la misma promesa?: «Esto ya no va a volver a ocurrir nunca»?.
Esta mentalidad te lleva a dos problemas. Por un lado, intentar soluciones que no solo no funcionan, sino que intensifican en ciclo de atracones (dietas restrictivas, ejercicio en exceso u otras medidas compensatorias). Y por otro, sufrir en silencio, pensando que el problema real está en vos (tu forma de relacionarte con la comida y tu falta de voluntad).
Si esto te ocurre, quiero que sepas algo fundamental: no tenés por qué seguir viviendo esto en solitario.
No tiene nada que ver con la fuerza de voluntad, tiene que ver con el funcionamiento del cerebro.
Aquí, vamos a desmitificar todo esto, hablando concretamente del trastorno por atracón. Un trastorno alimentario que, a diferencia de la bulimia o de la bulimia, pareciera invisible; y por eso se vive con tanta soledad.
Vamos a profundizar sobre el trastorno por atracón, la evidencia científica que demuestra que lo que te ocurre no es tu culpa y el tratamiento integral más efectivo para dejar de tener atracones.
Comenzamos.
¿Qué es el trastorno por atracón?
El trastorno por atracón es una condición mucho más frecuente de lo que se cree, pero también una de las más invisibles.
Se caracteriza por episodios en los que la persona consume una cantidad significativamente mayor de comida en poco tiempo, acompañada de una sensación profunda de descontrol.
Durante el episodio, la mente puede sentirse consciente, pero desconectada del cuerpo, como si se entrara en un trance del que resulta imposible salir.
Después del atracón, aparece una carga emocional intensa: vergüenza, culpa y frustración. Lo más doloroso es que, al no ser un trastorno tan visible como otros, suele vivirse en silencio.
Socialmente, se atribuye erróneamente a una falta de voluntad o compromiso, lo que refuerza aún más el sentimiento de aislamiento. Sin embargo, el problema no está en la falta de esfuerzo, sino en cómo funciona el cerebro.
Atracones: ¿Cómo funciona el cerebro de quienes los sufren?
La ciencia ha demostrado que el trastorno por atracón no tiene su origen en la debilidad o en la falta de fuerza de voluntad, sino en una diferencia neurobiológica concreta.
Un estudio reciente analizó el circuito del gusto y de la recompensa en el cerebro. En personas sin trastornos alimentarios, cuando hay hambre, el cerebro activa una respuesta de placer o recompensa frente a la comida, y cuando llega la saciedad, esa respuesta disminuye.
Pero en personas con antecedentes de atracones, el cerebro no muestra esa flexibilidad.
Incluso estando saciadas, las áreas cerebrales de recompensa permanecen activas, lo que dificulta que el cuerpo identifique la saciedad.
Esto significa que no se trata de una decisión consciente. El cerebro mantiene encendida la señal de placer y deseo de comer, aun cuando el cuerpo ya no lo necesita.
Esta diferencia explica por qué las dietas restrictivas terminan generando más frustración y no resuelven el problema.
No es falta de carácter ni de fuerza de voluntad: es el funcionamiento diferente del cerebro en quienes tienen atracones, que debe abordarse con herramientas adecuadas.
Dejar de tener atracones: Evidencia científica que avala que las dietas y la compensación no funcionan
La evidencia es clara: las dietas restrictivas y las medidas compensatorias, como el ejercicio en exceso, no solo no resuelven el problema, sino que lo empeoran.
Si el cerebro tiene dificultades para modular la respuesta de recompensa ante la comida, imponer restricción alimentaria solo intensifica esa respuesta.
Cuando un alimento se etiqueta como prohibido, el cerebro le otorga un valor de recompensa aún más alto. Esa combinación de deseo, culpa y ansiedad aumenta la probabilidad de un nuevo atracón.
Así se entra en un ciclo agotador: restricción, atracón, culpa y nuevamente restricción.
Seguir aplicando la misma estrategia —más dietas, más control, más castigo— solo alimenta la raíz del problema.
Por eso, dejar los atracones no se logra eliminando alimentos, sino aprendiendo a regular las emociones, los pensamientos automáticos y la relación con la comida.
Dejar de tener atracones: Tratamiento integral más efectivo (CBTE: Terapia Cognitivo Conductual Mejorada)
La Terapia Cognitivo Conductual Mejorada (CBTE) es actualmente el tratamiento con mayor respaldo científico para el trastorno por atracón.
Su objetivo no es imponer control externo, sino restablecer la confianza interna, regular las emociones y recuperar la flexibilidad del cerebro.
En el VIDEO que está debajo, te cuento todos los detalles.
Conclusiones
Dejar de tener atracones es un proceso profundo que va más allá de enfocarte en la comida.
Implica reconocer que lo que te ocurre no es falta voluntad, sino que existe una base neurobiológica que te lleva a no poder parar de comer.
Las dietas restrictivas son gasolina para los atracones, porque solo agravan el problema al aumentar la obsesión y la culpa.
La buena noticia es que el control se recupera.
Sanar es posible cuando se aborda el problema desde la conducta, la emoción y la comprensión del cerebro.
El cambio ocurre cuando dejas de castigarte y comienzas a trabajar desde la compasión, y con las herramientas efectivas que necesitas para superar los atracones.
Si estás decidida a comenzar a vivir sin atracones, puedo ayudarte.
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Espero que esta información te haya sido útil. Te pido por favor que la compartas con aquellas mujeres que conozcas y sepas que les puede ayudar.
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Nos vemos pronto,
France

