¿Te has preguntado por qué razón tienes atracones de comida, específicamente por las noches?
Si bien los atracones nocturnos se dan con mucha frecuencia, suelen abordarse poco.
Si te sientes identificada con esta urgencia de comer sin control al llegar la noche, este artículo es para ti, porque hay razones muy concretas que vamos a explorar.
Comenzamos.
¿Por qué tengo atracones de comida por la noche?
Los atracones nocturnos no son casualidad. Están relacionados con factores biológicos, emocionales y conductuales que suelen intensificarse al final del día.
Después de una jornada cargada de trabajo, responsabilidades, relaciones interpersonales y estrés, tanto el cuerpo como la mente están agotados. Si además hubo restricción alimentaria durante el día —saltarse comidas, comer menos de lo necesario o seguir dietas estrictas— el cuerpo acumula un déficit calórico. Por la noche, la biología toma el control y surge un grito interno: “Necesito energía, necesito comida”.
A esto se suman las emociones no procesadas. Durante el día estamos distraídas, pero cuando cae la noche aparecen de golpe sentimientos como tristeza, soledad, frustración o aburrimiento. La comida, especialmente la que genera placer inmediato, se convierte en un consuelo rápido. Aunque brinde calma momentánea, después suele llegar la culpa.
Otro factor clave son los patrones de sueño irregulares y el cansancio. Dormir poco altera las hormonas que regulan el apetito: la grelina aumenta el hambre y la leptina disminuye la sensación de saciedad. Además, el cansancio reduce nuestra capacidad de tomar decisiones conscientes, haciéndonos más vulnerables a los impulsos nocturnos.
Antojos versus atracones nocturnos
Es importante diferenciar un simple antojo de un atracón nocturno, porque se gestionan de forma distinta.
Un antojo es:
- Muy específico: deseas algo concreto como un chocolate o unas papas fritas.
- Gradual: aparece poco a poco.
- Controlable: puedes satisfacerlo con una porción pequeña sin perder el control.
- Sin culpa: no genera un malestar emocional intenso después.
Un atracón nocturno, en cambio, se caracteriza por:
- Una urgencia repentina e incontrolable por comer.
- Sensación de descontrol, como si estuvieras en piloto automático.
- Consumo excesivo de comida en poco tiempo, más de lo que sueles comer normalmente.
- Malestar físico extremo: llenura dolorosa, náuseas o incomodidad.
- Emociones negativas como culpa, vergüenza, frustración o tristeza.
Mientras un antojo es manejable, un atracón requiere un abordaje más profundo tanto a nivel físico como emocional.
¿Cómo controlar los atracones nocturnos? 3 consejos prácticos que te ayudarán a reducirlos
Ahora que sabes por qué ocurren y cómo diferenciarlos, puedes empezar a romper el ciclo.
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Conclusiones
Los atracones nocturnos no son un signo de debilidad. Son una respuesta compleja a la restricción, el estrés y las necesidades emocionales no atendidas durante el día.
Cuando entiendes sus causas, diferencias entre un antojo y un atracón, y aplicas estrategias prácticas, puedes comenzar a romper el ciclo y recuperar la paz que tanto deseas.
Este es solo el inicio de un camino de comprensión y transformación hacia una relación más libre y respetuosa con la comida y contigo misma.
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Nos vemos pronto,
France