Comer es una conducta emocional. La comida no solo nos alimenta, sino que también nos conecta con otras personas, nos da placer, calma y, a veces, consuelo.
Aunque la ansiedad puede ser un disparador para comer, no es el único. A veces, comemos porque estamos tristes, aburridas, solas, estresadas o frustradas; pero como no estamos acostumbradas a identificar nuestras emociones, solemos poner a varias de ellas la etiqueta de ansiedad.
Comer por emociones no es lo mismo que tener un trastorno alimentario, ni es algo de lo que debas avergonzarte. Realmente hay un problema cuando la comida es la única herramienta que tienes para afrontar lo que sientes.
¡Comenzamos!.
¿Qué es comer por ansiedad realmente?
Comer por ansiedad es cuando usamos la comida como vía de escape para calmar una sensación incómoda que no sabemos cómo gestionar. Se siente urgente y descontrolado, como “si tuvieras que comer” y, a veces, ni siquiera con hambre.
Y aquí un error muy frecuente:
Muchas personas creen que tienen ansiedad, cuando en realidad tienen hambre física no atendida.
Tener esto en cuenta es clave, ya que si pasas muchas horas sin comer, vienes restringiéndote y llevas días con pensamientos del tipo “no debería comer esto”, tu cuerpo va a buscar comida con urgencia; y esta urgencia o este deseo intenso de comer puede confundirse con ansiedad.
Un ejemplo claro: imagínate que es mediodía, tuviste una mañana muy ocupada y llevas desde las 7 de la mañana sin comer. Llegas a tu casa, abres la refrigeradora y empiezas a picotear todo lo que encuentras. Luego de haber comido, te sientes culpable y piensas: “otra vez me comí por ansiedad”. Sin embargo, no fue ansiedad lo que te llevó a comer de más, sino hambre acumulada. Como la mente está acostumbrada a controlar y a juzgar, en lugar de escuchar al cuerpo, lo que aparece es la culpa y el tipo pensamiento de: “no me pude controlar”.
Lo que te menciono en este ejemplo no es falta de fuerza de voluntad (otro término que también suele emplearse de manera equivocada) sino pura biología. Es tu cuerpo pidiendo lo que necesita.
Comer por ansiedad versus ganas de comer: el error del que nadie habla
A veces, simplemente tenemos ganas de comer. No hay ansiedad ni hambre física intensa, sino solo un deseo de comer algo rico como un antojo.
Esto también es parte de tener una relación saludable con la comida. Lo importante es entender de dónde viene ese deseo de comer. ¿Responde a hambre real, a una emoción o simplemente es disfrute?.
Aquí viene otro punto crucial:
No toda emoción incómoda es ansiedad.
Algunas veces puedes sentirte triste, aburrida, estresada o sola; y esto no es ansiedad, aunque frecuentemente se le etiqueta al comer emocional como comer por ansiedad.
Si no aprendemos a identificar lo que realmente sentimos, corremos el riesgo de continuar usando la comida como un “parche” que tapa o esconde lo que no queremos sentir; y esto perpetúa el ciclo.
Una vez que descartas que ese deseo de comer no es hambre real, el paso siguiente es preguntarte qué estás sintiendo.
Si bien no todo es ansiedad, probablemente haya una emoción detrás que necesita atención.
5 Claves para comenzar a controlar el comer emocional
En el episodio 10 de tu 🎙️Pódcast Aprende a Vivir Sin Atracones, te comparto 5 claves esenciales que te ayudarán a comenzar a diferenciar tus experiencias, ya sea de hambre no atendida, comer por ansiedad o debido a otra emoción y a controlar el comer emocional.
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Conclusiones
Comer en exceso no equivale siempre a comer por ansiedad. A veces esto responde a hambre real no atendida, a veces se trata de tristeza disfrazada o bien, en algunas ocasiones simplemente tienes ganas de comer.
La clave está en comenzar a observarte con más compasión, en lugar de juzgarte.
Se trata de darle a tu cuerpo lo que necesita en el momento oportuno, y de aprender a escuchar y gestionar tus emociones y miedos, en lugar de acudir a la comida como única vía de escape.
Si sientes que no puedes manejar esto sola, y estás decidida a transformar tu relación que tienes con la comida, puedo ayudarte.
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Espero que esta información te haya sido útil. Te pido por favor que la compartas con aquellas mujeres que conozcas y sepas que les puede ayudar.
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Nos vemos pronto,
Francela